En el nombre del padre, del hijo, del
pringado máximo, amén.
Hace
poco, no más de un siglo.
A/A
Don Benedicto XVI, actual papa en el Vaticano, en alguna parte de Italia, (¿Tú
no serás el desconocido, verdad?)
Yo,
pringado y marginado social, alumno del instituto público de Villa Conejos,
solicito mi admisión en la Iglesia Católica, como buen protestante que soy,
tras haber sido excomulgado un día de Marzo de 2007.
Quiero
conocer las razones por las cuales el padre Mateo Rezocomonadie, de la
parroquia de Villa Conejos me excomulgó. Contaré lo sucedido para que sepa la
versión de los hechos de cada uno:
Llegó
el día de mi primera comunión. Yo llegué a la parroquia vestido de marinero.
Parecía Popeye, sólo me faltaba la pipa y los músculos.
Cuando
llegó mi turno, me situé junto al padre Mateo, me miró y me preguntó si quería
ser cristiano, a lo que yo respondí que no, que prefería ser Messi. Acto
seguido, me dijo que me iba a dar una hostia consagrada:
-Tranquilo,
padre, a ver si el que le va a pegar voy a ser yo-le advertí. Y así toda la ceremonia. Así que me acabó
echando a patadas de la parroquia. Y al final no me regalaron nada, ni la Wii,
ni un móvil, ni una chocolatina... Lo único que me regalaron fue el libro “Los
pilares de la Tierra.”
Yo
me acordé hace unos días de la excomulgación porque se me cayó el libro “Los
pilares de la Tierra” encima. Llamaron a los bomberos para que me quitaran el
libro de encima, y uno de ellos me dijo que si me lo quería leer. ¡Pero qué
locuras decía ese hombre! Si a mí “El Principito” todavía me parece largo. En
fin, que durante las tres horas que tardaron los bomberos en quitarme el libro
estuve pensando la razón por la cual me habían expulsado de la Iglesia
Católica, y de verdad no lo sé.
Un
chaval aplastado por un libro.
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